Hace ya una semana que empecé el curso de flipped classroom y, creerme, ha sido un desafío para alguien que se considera usuario más bien "básico" de las herramientas que ofrece Internet.
En esta semana, el curso me ha hecho tener que lanzarme a la piscina y toquitear powtoon, prezi (aunque este ya estaba más dominado), grabar podcast (con lo que a todos nos gusta nuestra voz) y, lo último, abrir este blog.
Por ahora es justo lo que necesitaba, un empujón para tomar contacto con todas las posibilidades de las nuevas tecnologías. ¡Y tampoco se me están dando mal! Pillo el truquillo para ir tirando rápido.
Por otro lado, el modelo flipped classroom me está pareciendo muy interesante, aunque, al mismo tiempo, costoso por la falta de dominio de herramientas online. A la hora de implantarlo en el aula, es cuestión de hacerlo poco a poco, seleccionando los proyectos o materias en los que podría ser más beneficioso (coste-beneficio vaya). Además, hay que ir mentalizando al claustro de profesores para implementarlo dentro de las metodologías cooperativas y ABP.
De todas maneras, la idea más fundamental o básica también se puede ir llevando a cabo tanto con el libro de texto, con sus versiones digitales o con materiales ya creados en word o smart notebook. Es decir, ya estamos algunos tutores mandando el leer ciertos contenidos en casa para dedicar la clase a ponerlos en práctica. Por ejemplo, en lengua, entregamos al alumnado un texto con su estructura y aspectos más destacados explicada (introducción, párrafo con argumentos positivos y negativos, etc.) y ya en el aula, nos pusimos directamente a redactar nuevos textos en grupos.
Así que, seguiremos tomando nota del curso y aprovechando las mejores ideas para el centro.
¡A por más!
